martes, 3 de julio de 2012

Los niños y la fantasía



Seguramente muchos padres se han preguntado alguna vez si es normal que su niño hable solo, cree historias, imagine personajes y situaciones que los adultos consideramos "extrañas".

Antes que nada, hay que entender que los niños van formando su personalidad gracias a una serie de fenómenos mentales, entre los que cabe destacar la imaginación y la fantasía. Estos mecanismos de la mente humana se exteriorizan a través de actividades cotidianas como el sueño, los cuentos, la expresión plástica (dibujo, pintura, manualidades) y sobretodo en el juego.


El niño usa la imaginación para comprender, interpretar y recrear el mundo que le rodea. Su fantasía le ayuda a entender ciertas reglas, límites y a ponerse en el lugar del otro. La imaginación es la base de su creatividad, cuando el niño imagina y fantasea, se divierte y al mismo tiempo exterioriza sus propios problemas e inquietudes, en un mundo donde las reglas y decisiones le pertenecen sólo a él.

Hablando de las formas de exteriorizar lo interno, los sueños son un escenario fundamental para el desarrollo de los niños, mediante ellos se da escape a los conflictos, deseos, temores y más, que llena la vida diaria.

En el caso de los cuentos infantiles, cuando es el niño el propio narrador, construye con su imaginación y fantasía una historia, personajes y situaciones, que nos muestran lo que pasa dentro de ellos.

En el desarrollo infantil, la expresión gráfica se va personalizando poco a poco (tanto al escribir como al dibujar), dando señales de numerosos rasgos de personalidad del niño y al desarrollo del concepto de "sí mismo".

De esta manera, el dibujo puede ser la única oportunidad que tenga un observador externo de entender lo que el niño vive y siente al ni poder ponerlo por escrito ó verbalizarlo, dada su corta edad. Se proyectan por medio del dibujo los estados afectivos (sentimientos, deseos, temores, etc.) aunque también se puede analizar la inteligencia, la creatividad o las relaciones sociales y familiares (tests proyectivos).

Por lo tanto, por medio del dibujo el niño es capaz de crear y transformar la realidad cotidiana y su modo de estar en ella, expresando sus miedos, anhelos, inquietudes e incluso problemas a pesar de su corta experiencia. Por ejemplo, a menudo los niños dibujan lugares o personajes que están en oposición directa a sus sentimientos del presente: castillos, princesas, dragones.

La pintura añade a lo dicho sobre el dibujo la posibilidad de la expresión cromática y el uso de nuevos materiales que le permiten al niño desplegar su vivencia psíquica. Todo lo que suponga creación es bueno para que el niño se manifieste y se reafirme.

Por supuesto que el juego también permite la canalización de conflictos y vivencias internas del niño, además tiene una función social. Puede ser que se trate de un juego ya elaborado o que él mismo cree sus propios juegos de acuerdo a sus fantasías. La simulación propia de los juegos hace que el niño descargue de forma simbólica o figurada (no real), sus emociones, su agresividad, etc., en objetos o personas también irreales, con lo que desarrolla su capacidad de representación de la realidad, de desahogo emocional y de aprendizaje a la hora de afrontar con más cautela y menos riesgo las situaciones reales.



Hablando meramente de la fantasía, lo que sí es importante es distinguirla de las mentiras. El mentir es un síntoma de que algo anda mal. Es una conducta más que una sola fantasía, aunque a veces se fusionan. Los niños mienten porque tienen miedo de declarar su posición y enfrentar la realidad tal como es. Los niños que mienten generalmente están inmersos en el temor, la inseguridad, una mala autoimagen o culpa; por lo tanto manifiestan una conducta defensiva opuesta a cómo se sienten.

Por lo tanto, la fantasía es una manera de expresar los sentimientos y es la base de la creatividad. Los niños que son capaces de ser imaginativos tienen una inteligencia mayor y pueden manejarse mejor en diversas situaciones. Estimular al niño a que sea imaginativo mejor su capacidad de enfrentarse a la vida. A través de la fantasía podemos divertirnos con el niño y averiguar cómo se mueve él en su mundo, ya que de esta misma manera se mueve en la vida real.

1 comentario:

  1. Y ya que andas en morros y fantasía, yo ando con un taller para chavillos jeje, ahi te dejé el link en el cara libro maligno , Animo! un saludote - Borre -

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